El arte es un espacio de expresión y desarrollo personal, de encuentro, de participación social y de trabajo. En este sentido, el proyecto de las Escuelas de Formación Artística del Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Cajicá tiene como objetivo crear un espacio que permita trascender barreras y dificultades, comunicar socialmente de manera eficaz y enfrentar situaciones de inequidad con nuevas herramientas y comportamientos propositivos.
La cultura es un derecho humano inalienable en el que las prácticas artísticas pueden generar cambios que mejoren las condiciones de vida de las personas y las comunidades y que además éstas pueden transformarse en una herramienta de diálogo, de participación y de construcción colectiva, contribuyendo al desarrollo de la ciudadanía de niñas, niños, adolescentes, adultos y adultos mayores. En otras palabras, el arte y la cultura se pueden considerar como un objeto de transformación individual y colectiva, que a partir de trabajos lúdicos y experimentales propician a las personas otras formas de relacionarse con ellos mismos y con los demás.
Por lo anteriormente expuesto, las expresiones artísticas como parte de la cultura son procesos activos mediante los cuales los grupos humanos responden a sus necesidades colectivas presentes, involucra el idioma, los valores, las conductas, las normas e instituciones; las memorias personales y colectivas que dan sentido y sin las cuales no hay existencia humana; los saberes y capacidades humanas. Por consiguiente, las dimensiones de la cultura se manifiestan en la política, la economía y la vida social en general. Por ende, vivir bien no puede vincularse solamente al hecho de percibir un ingreso económico, debe incluir los valores, las normas, las ideas y el comportamiento que faciliten la armonía entre los seres humanos y su entorno.
En los últimos tiempos la cultura ha comenzado a re definir paulatinamente su papel frente a la economía y al desarrollo. Poco se duda ya acerca de su importancia como inductora de desarrollo y cohesión social, de su relevante papel ante la cuestión de la diversidad cultural, la integración de comunidades minoritarias, los procesos de igualdad de género y la problemática de las comunidades urbanas y rurales marginadas. Asimismo, la cultura es un facilitador del desarrollo sostenible – el entorno donde las políticas de desarrollo pueden avanzar, mediante la apropiación local, con eficacia y efectos positivos. En este contexto, el dialogo intercultural es esencial para sacar el máximo provecho a la diversidad, profundizar en las raíces del desarrollo y compartir sus beneficios.
Por consiguiente, la cultura debe ser incorporada como elemento transversal en todos los programas de desarrollo, adaptándose estos a los contextos locales, apoyándose en los recursos culturales, al tiempo que se respetan los derechos culturales. Asimismo, la cultura estimula el crecimiento en una serie de sectores, incluidas las artes que a su vez se convierten en un campo pujante donde niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores pueden plasmar su creatividad y conocimientos, promueve roles activos de participación social, fortaleciendo el sentimiento de identidad y de pertenencia y, por lo tanto, generando una mayor cohesión social. Por todo ello es innegable el potencial que tiene las prácticas artísticas para contribuir al desarrollo integral sostenible y, en definitiva, a mejorar la calidad de vida de las personas.
Las Escuelas de Formación son un proyecto artístico y educativo que ofrece a la comunidad de Cajicá oportunidades de formación y creación. Alrededor de estas se congregan los estudiantes y las familias posibilitando el fortalecimiento del tejido social. El proceso de las Escuelas de Formación permite entre otros aspectos alcanzar los siguientes objetivos: